Ante el aumento sin precedentes de la inflación, que supera ya el 10%, y unas subidas en los precios que alcanzan tanto a las energías como a los suministros más básicos, millones de personas en el Reino Unido no podrán pagar sus facturas de calefacción y se podrán quedar sin comida en el próximo invierno.

No es la primera vez que aparecen estas advertencias con respecto a la crisis en la que está entrando Reino Unido, aunque esta vez ha sido el alcalde de Londres quien las ha realizado. «Nos enfrentamos a un invierno en el que para millones de personas no se tratará de elegir calefacción o comida, sino de no poder permitirse ninguna de las dos cosas«, ha dicho a través de sus redes sociales.

El dirigente adjuntaba además un gráfico de la consultora Auxilione, que muestra cómo las facturas pueden aumentar hasta un 80% en el mes de octubre y cómo se dispararán bastante más de cara a principios del año que viene.

Las autoridades sanitarias advierten de un aumento en el número de enfermos

Los jefes del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) enviaron el pasado viernes una carta al Gobierno británico, advirtiendo de un aumento del número de enfermos y del deterioro de las condiciones sanitarias en todo el país, a menos que las autoridades tomen medidas urgentes para frenar la subida de los precios de la energía.

Las autoridades sanitarias señalan que si no se protege a los hogares del encarecimiento de la energía, serán los servicios locales de asistencia social y del NHS los que tengan que hacerse cargo de la situación, con un aumento de los ingresos hospitalarios y de la demanda de consultas médicas. Todo ello amenaza con incrementar las desigualdades sanitarias, ya de por sí muy elevadas en el país, y el deterioro general de la salud de la población.

Igualmente, el NHS advierte que miles de familias de clase obrera se enfrentarán a una elección: o calentar sus hogares o recortar en alimentos y otros artículos de primera necesidad.